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lunes, 11 de diciembre de 2006

Empresas quieren invertir en el Golfo

Empresas quieren invertir en el Golfo
Están ansiosas por el petróleo mexicano

Pedro C. Martin, EFE
10 de Diciembre de 2006

Las multinacionales petroleras toman posiciones ante los planes para aprobar el proyecto que ponga fin al monopolio de Pemex en México y puedan convertirse en socios estratégicos en la explotación de hidrocarburos.

Un rígido plan fiscal

En los últimos ejercicios, empresas del Reino Unido, Brasil, España, Bolivia, Perú, Canadá, Estados Unidos, Rusia y Argelia han desfilado por México para fortalecer la cooperación bilateral en el sector y explorar posibles oportunidades de negocios.

Eso es porque todos conocen el dilema que atraviesa México. Este país es uno de los mayores productores de crudo del mundo, pero la Constitución establece que los recursos energéticos son patrimonio del Estado, lo que coarta la participación de socios.

Además, Pemex, el monopolio petrolero estatal, está metido en un corsé fiscal que no le deja dinero para las necesarias inversiones en exploración y producción, a consecuencia de lo cual el país está obligado a importar un 30 por ciento del gas y un 25 por ciento de las gasolinas que consume su mercado interno.

Ante esa situación, son numerosos en los últimos años en México los avisos sobre el riesgo de desabastecimiento, pero la única iniciativa respecto al respecto, centrada en el tema eléctrico, se encuentra estancada en el Congreso desde agosto de 2002, ante el rechazo de la oposición política.

Ante el nuevo presidentePor ejemplo, la petrolera brasileña Petrobras tiene planes de operar en el Golfo de México en el momento en que se elimine el monopolio sobre el sector de hidrocarburos, según confirmó el ejecutivo del área internacional de la empresa, Claudio Castejón, al diario Journal do Brasil.

Castejón afirmó que Petrobras tan solo espera que el nuevo presidente de México, Felipe Calderón, consiga aprobar el proyecto que pondrá fin al monopolio de la empresa pública Pemex, y que prevé la concesión de licencias a otras empresas para extraer petróleo en México.

La especialista en temas energéticos del Instituto Tecnológico (TEC) de Monterrey, Leticia Armenta, señaló que este tema se ha mantenido en el nivel político de discusión "y debería evaluarse más en función económica y productiva para ver su impacto en el crecimiento económico de las decisiones en el ámbito energético".

"Lo importante no es de dónde vienen los fondos, sino hacia dónde encauzamos el uso de esos recursos. El Congreso debería diseñar un marco jurídico que perfilara la acción del Ejecutivo en el área de energéticos", asegura Armenta.

Pero Pemex no se ha quedado de brazos cruzados. En octubre de 2003 dio el primer paso hacia la apertura con el lanzamiento de los Contratos de Servicios Múltiples (CSM) para proyectos de explotación de gas en la Cuenca de Burgos, situada en la frontera con Estados Unidos.

Los CSM mantienen las obras y la producción en manos del Estado mexicano, según lo establece la Constitución, y sólo dejan a las compañías privadas la operación y la administración.

El resultado fue la instalación en el país de la brasileña Petrobras, la española Repsol YPF, la argentina Tecpetrol y la estadounidense Lewis Energy para producir gas durante 20 años.

Gas y crudo

México produjo el año pasado 3.37 millones de barriles diarios de crudo, casi en línea con su potencial, y posee reservas probadas sólo para once años más, de 14,120 millones de barriles, mientras avanza en su reposición, que en 2000 apenas llegó al 21 por ciento y que en 2006 se espera incrementar al 75 por ciento.

Por eso necesita desesperadamente iniciar nuevos proyectos de exploración y explotación que disminuyan su dependencia de combustibles importados e impidan un eventual desabastecimiento de electricidad y gasolinas por falta de inversiones.

Pemex reunió a un vasto grupo de empresas en Reynosa (Tamaulipas, norte de México) para presentarles los proyectos de licitación de la segunda ronda de Contratos de Servicios Múltiples para explotar gas en la Cuenca de Burgos.

Se trata de los dos bloques cuyas licitaciones fracasaron el año pasado ante la falta de interés de los inversionistas.Sus dimensiones y los contratos fueron modificados para hacerlos más atractivos, pero las empresas sugirieron más cambios, por lo que se está evaluando "incluir algún bloque pequeño adicional o dos", dijo Guaso.

Entre las empresas que asistieron a este "road show" figuran las cuatro que ya están desarrollando proyectos de gas (Lewis Energy, Petrobras, Repsol y Tecpetrol).

También participaron la anglo-holandesa Shell, la británica British Petroleum (BP), la argentina Pluspetrol, la China National Petroleum Company, la australiana Santos y las estadounidenses Exxon, Occidental, EOG Resources, Finley, Quintana y El Paso.

Las más grandes (Shell, BP y Petrobras), además de Exxon y Chevron, que tienen la tecnología, experiencia y recursos, han expresado su interés por convertirse en socias de Pemex para explorar las aguas profundas del Golfo de México.

En esta tarea ya se aventuraron Estados Unidos y Cuba (de la mano de Repsol, la canadiense Sherrit International y posiblemente Petrobras). Por su parte, el consorcio formado por Repsol YPF y las petroleras estadounidenses BHP Billiton y Hess Corporation han tomado posiciones en la zona tras comprar a la norteamericana Anadarko Petroleum el campo petrolífero conocido como Genghis Khan, en la zona del Golfo de México pertenerciente a Estados Unidos.

La inversión neta de Repsol YPF, que participa en el consorcio con un 28 por ciento, ha sido de 378 millones de dólares (295,3 millones de euros).

Genghis Khan, importante campo petrolífero

El campo Genghis Khan cuenta en la actualidad con dos pozos ya perforados y se calcula que sus reservas de hidrocarburos ascienden a 110 millones de barriles.

La importancia de la operación reside en que Genghis Khan es una extensión del campo Shenzi, en el que Repsol YPF participa ya con un 28 por ciento.

Según la compañía hispano argentina, el desarrollo de ambos proyectos, situados en la misma zona, generará importantes sinergias.

El campo Genghis Khan se descubrió en 2005 en aguas profundas del Golfo de México (a unos 1,330 metros de profundidad), consideradas las más rentables del mundo.

Está prevista la entrada en explotación de seis o siete nuevos pozos y se espera lograr la primera producción de petróleo a mediados de 2007.

El Golfo de México es una de las áreas de mayor potencial exploratorio en aguas profundas del mundo, con unos recursos cifrados en 20 mil millones de barriles. Repsol YPF está presente en el Golfo de México desde 2003 y espera empezar a producir en 2007.

La petrolera hispano-argentina participa en 85 bloques, situados en las áreas conocidas como Green Canyon, Atwater Valley, Alaminos Canyon y Mississippi Canyon, y actúa como operador en 45 de ellos.

Por su parte, las autoridades mexicanas reconocen que tienen el 80 por ciento del territorio sin explorar, y los estudios geológicos en el Golfo de México señalan que el potencial es muy grande.

El efecto popote
El director ejecutivo del proyecto de Contratos de Servicios Múltiples, Sergio Guaso, adelantó que "hay una serie de proyectos en esa área que eventualmente se estarían licitando", aunque todavía no se ha determinado bajo qué modalidad.

El problema es que cada día que pasa Estados Unidos y Cuba toman ventaja.

Las reservas de hidrocarburos son una laguna debajo del mar, muy profunda, que si se perfora en cualquier parte puede ser extraída íntegramente, lo que en México se conoce como el “efecto popote", en alusión a la pajita para sorber refrescos.

En el sureste de México, los estados de Campeche, Chiapas, Tabasco, Veracruz y Yucatán, concentran el 97.6 por ciento de la producción petrolera, el 69.7 por ciento de la de gas, el 80 por ciento de la petroquímica y 40.5 por ciento de la generación de energía eléctrica, aunque paradójicamente son los más pobres y atrasados del país.

En este sentido, la especialista Leticia Armenta señaló que los políticos mexicanos deberían trabajar en conjunto con las autoridades para elaborar un "plan nacional hacia la construcción de nueva infraestructura para el crecimiento, cuyas piezas fundamentales son precisamente la energética y la fiscal".

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