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jueves, 2 de agosto de 2007

Un debate tardío

Fuente: Ecos de la Costa
Carlos Ramiro Vargas

En las últimas semanas ha arreciado la polémica sobre la orientación que debe seguir en su desarrollo el puerto de Manzanillo.
Junto con ello, se han introducido elementos que apuntan a rediscutir la vocación de esta franja del litoral colimense, es decir, si Manzanillo debe de enfatizar en la planeación municipal-estatal su proyección turística, (como lo propuso recientemente el plurinominal senador perredista Carlos Sotelo).
Este asunto es tan relevante para el futuro de nuestra entidad, como el conflicto territorial provocado por las autoridades de Jalisco en contra de los colimenses; y en el se han involucrado activa y principalmente el gobierno federal a través de la API, o Administración Integral del Puerto, Silverio Cavazos gobernador y el alcalde Virgilio Mendoza, dejando en segundo término a la Coparmex y a la Canaco, seguidos muy lentamente por la mayoría de diputados y senadores en el Congreso de la Unión, políticos y tribunos locales, con la ausencia muy sintomática y casi absoluta en la polémica de la muy privilegiada casta de investigadores e intelectuales oficiales y universitarios, que salvo la lúcida pero hasta ahora escueta participación de algunos de nuestros mejores historiadores, nada han aportado a este complejo problema, ni a otros de substancial y definitoria importancia para el destino de nuestro pueblo.
La presencia hace unos días en Manzanillo de César Patricio Reyes Roel, coordinador de Puertos y Marina Mercante de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, SCT, cual si de un virrey de la época colonial se tratase, fue contundente al exponer públicamente que el desarrollo del puerto colimense tendrá que concretarse hacia san Pedrito, como lo ha venido comentando por cierto, el alcalde Virgilio Mendoza; en primer lugar por los costos, pues esta dirección representa la erogación por parte del gobierno federal de aproximadamente siete mil millones de pesos, y no los cincuenta mil millones que se tendrían que invertir hacia Manzanillo II en la laguna de Cuyutlán.
Es por lo anterior que la proclama hecha por las cúpulas de la Coparmex y la Canaco de Colima, oponiéndose al gobierno federal, también le parece al director de la API, señor Iberri, “soñadora”(literalmente).
En dicho escenario el funcionario fue enviado por el gabinete federal para poner punto final a la polémica, en la que Siverio gobernador junto con su secretario de Economía, Ignacio Peralta Sánchez, han defendido acérrimamente la idea de que el puerto crezca hacia Cuyutlán, con todo y la inquietud de diversos pobladores del vaso lacustre así como de organizaciones ambientalistas, más el hoy franco rechazo del gobierno federal a esta posibilidad.
De manera ácida, José Luis Iberri director de la API, conociendo quizás la poca e histórica disposición al riesgo de muchos empresarios colimenses, más acostumbrados a servir de proveedores de obras públicas que como detonadores de un verdadero crecimiento económico, y en referencia directa a los comerciantes de la Canaco y miembros de la Coparmex, sostuvo en la reunión con reyes Roel, que si ellos y el gobierno estatal quieren realizar sus proyectos en Cuyutlán que lo hagan, incluyendo las obras de dragado y construcción de muelles para embarcaciones de sexta generación, junto con los cinco mil millones de dólares que este reto representa.
En estas condiciones el día de ayer miércoles, Cavazos reconocía que la expansión del puerto es más factible en dirección norte que hacia el sur.
Mientras y como era de esperar, las autoridades panistas jaliscienses azuzando a ejidatarios y alcalde, Enrique González, cihuatlenses y priístas, cortan la carretera hacia la zona de conflicto que reclaman; cuando el domingo anterior policías de Cuautitlán (como lo informó la prensa tapatía),habían invadido a Colima sin resistencia firme y frontal de la PEP estatal.
La pasividad y demagogia de los panistas colimenses en ambas cuestiones ya es de sospechar.

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