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martes, 23 de septiembre de 2008

Los 90 años del Centro de Capitanes

Fuente: Nuestromar

El Centro de Capitanes de Ultramar festejó su 90º aniversario en una multitudinaria cena que reunió a casi mil personas entre las que se destacaron diputados nacionales, líderes sindicales, numerosos empresarios y autoridades nacionales y de las fuerzas armadas y de seguridad, junto a cientos de capitanes, muchos de los cuales recibieron medallas por sus 25 y 50 años dentro de esa casi centenaria institución.

Luego de un primer intento el 3 de junio de 1903, en que se creó la Unión Gremial de Oficiales de la Marina Mercante, con la finalidad de unir fuerzas para contrarrestar al elemento extraño que pretendía invalidar nuestros justos reclamos, el 6 de septiembre de 1918, 26 marinos aunaron sus voluntades para formar el que se llamó Centro de Capitanes de Ultramar, Pilotos y Pilotines de la Marina Mercante Nacional, más adelante el 6 de abril de 1923 tomó su denominación actual de Centro de Capitanes de Ultramar y Oficiales de la Marina Mercante.

Es más que claro que durante estos 90 años muchos hechos destacables han ocurrido. Muchos de ellos muy gratos y muchos sumamente tristes. Desde las huelgas de 1921 que se hicieron con la participación de los taxistas de la Capital, una huelga que fue reprimida con violencia, pasando por la intensa actividad que desarrollaban nuestros predecesores cuando volvían de Europa con las nuevas ideas y corrientes sindicales y pregonaban esas ideas en los puertos, especialmente a lo largo del río Paraná y participaron de la formación de numerosos sindicatos.

Luego de enumerar una serie de acontecimientos tanto de orden gremial como vinculados a la flota mercante nacional que involucraron al Centro, el capitán Castro cuestionó duramente el decreto 1772/91 y destacó el decreto 1010/04 “que devolvió los buques a la bandera y a nosotros nos reintegró nuestra condición de trabajadores argentinos”.

“Seguramente me estoy olvidando de muchos hechos dignos de destacar, pero no podía ser de otra forma dado el extenso tiempo transcurrido en la vida del Centro –se disculpó Castro– pero de lo que podemos estar seguros todos es que durante todo este tiempo, cualquiera fuese su conducción, el Centro trató siempre de ejercer un sindicalismo auténticamente al servicio de sus representados”.

“Un sindicalismo que muchos no valoraron, no entendieron cómo podía ser que los capitanes ejercieran acciones reivindicativas que muchas veces derivaban en conflictos, quizás porque estaban confundidos por la errónea idea de que quienes perciben salarios un poco más elevados deberían considerarse distintos y con ello tomar actitudes distintas”, señaló el dirigente para aclarar que “nosotros nunca hemos caído en esa discusión ni nunca lo haremos, somos plenamente concientes que más allá de algunas condiciones y responsabilidades particulares, somos trabajadores, nos sentimos trabajadores y estamos orgullosos de ser trabajadores”.

“El afán que tienen todos los afiliados del Centro por mantener incólumes los principios democráticos ha sido un elemento indispensable para la fortaleza y la cohesión que hemos conservado en los momentos muy difíciles que todos conocemos y ojalá –se esperanzó Castro– que el Centro de Capitanes mantenga en alto ese espíritu democrático”.

Seguidamente el capitán Castro halagó el funcionamiento solidario de la Caja Compensadora y mostró su preocupación por la delicada situación de la Obra Social causada “por ese inentendible e injustificado tope que existe para los aportes y contribuciones”.

Castro también cargó contra los haberes jubilatorios postergados y contra la aplicación del impuesto a las ganancias ya que “muchos de nuestros afiliados tienen que pagar el equivalente a seis sueldos mensuales por año y estoy augurando una fuerte crisis de la actividad en el último bimestre del año”.

El sistema de formación de personal también mereció un párrafo. “No solamente debe proveer oficiales en cantidad adecuada para afrontar los requerimientos de las flotas locales, es una pena que no se aproveche la alarmante escasez de oficiales que existe a nivel mundial, para proveer de una carrera interesante a jóvenes argentinos que a lo mejor están sin empleo”.

“Es muy difícil aceptar la idea de que no existan buques argentinos transportando los granos que exportamos, es un atentado para nuestra economía que requiere una solución en el plazo más inmediato posible”, aseguró Castro al reclamar una Ley de Marina Mercante.

La polémica que se dirimió a través de Pesca & Puertos luego del 89º aniversario del Centro volvió al discurso de Castro. “El año pasado hice una alusión a las numerosas excepciones que se daban a la Ley de Cabotaje que reserva el tráfico de cabotaje nacional para buques de bandera argentina, un armador supuestamente experto en el negocio naviero parece que se enojó con lo que dije y me trató públicamente de ignorante y dijo que esas excepciones se iban a terminar este año, le tengo que decir acá, que transcurridos 8 meses del año 2008 han debido otorgarse 60 excepciones a esa reserva de cabotaje a favor de buques extranjeros, lo cual nos lleva sin dudas a 2 conclusiones, la primera es que siguen faltando buques y la segunda es que si soy un ignorante estoy acompañado”, cerró Castro en medio de una ola de aplausos.

Para finalizar, el titular del Centro de Capitanes abogó para que “en algún momento los factores de decisión asuman la tremenda importancia que tiene para la Nación el contar con una flota mercante que transporte la mayor porción posible de esos casi 5 mil millones de dólares que anualmente está generando nuestro comercio exterior”.

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