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miércoles, 14 de enero de 2009

El practicaje, un servicio que vuelve al centro del debate

Fuente: Nuestromar
Preocupa la cantidad de profesionales que hay en el río Paraná para hacer frente al mayor tráfico de buques, así como las altas tarifas que se cobra por la prestación.

Frente al temor de la constitución de un oligopolio de hecho en el servicio de practicaje en el río Paraná, el Centro de Navegación viene llevando adelante numerosas reuniones para discutir el tema.

Según trascendió, señalan que son pocos los prácticos -profesionales que se hacen cargo de los buques de ultramar en la navegación interior, por ríos, y en los accesos a los puertos- en esa zona. Dicen que esto generó demoras en 2008 cuando se dieron picos en el tráfico de buques -con los correspondientes extracostos y multas-. Argumentan además que al ser pocos tienen el poder de decidir a quién brindarle el servicio. Y, por supuesto, manifiestan honda preocupación por el cuadro tarifario que aplican las empresas y cooperativas a cargo del servicio.

En estricto off the record , estas afirmaciones fueron recabadas entre agencias marítimas y armadores con negocios básicamente de carga seca a granel.

Con el mismo sigilo respondieron los prácticos consultados, que negaron los términos de la denuncia al sostener que ellos priorizarán siempre la seguridad en la navegación y la protección del río y del medio ambiente por sobre intereses comerciales o avidez por aumentar la cartera de clientes.

Distintas campanas

"El número de prácticos no da respuesta a la necesidad de incremento del servicio", indicaron desde el Centro. Otra fuente, con menor sentido de la discreción, directamente denuncia que son sólo un par de empresas "y no quieren repartir la torta" de los servicios prestados. Y deslizan que la situación merece el máximo de atención porque los prácticos tienen la potestad de "decidir a quiénes les dan el servicio y a quiénes no".

Las navieras reclaman un cambio del sistema regulatorio, que establece la división de las vías navegables y de los puertos en forma de áreas o cupos. De esta manera, los prácticos de una determinada zona sólo pueden desempeñarse en ella. Lo mismo sucede con los que están abocados a un determinado puerto.

Esto no implica necesariamente un equilibrio o una oferta que acompañe a la demanda. De hecho pueden sobrar prácticos en un área y faltar en otra. De ahí que una de las propuestas que se oyeron en el Centro de Navegación hablan de flexibilizar el régimen, habilitando la transferencia de prácticos desde el Río de la Plata o el Puerto de Buenos Aires (donde, dicen, hay excedente de profesionales) hacia el Paraná.

"El crecimiento del tráfico en el Paraná va a seguir y no sólo por los cereales y aceites del Rosafé, sino por el movimiento de autos y contenedores desde Campana y Zárate", indicó una fuente de una compañía naviera.

En tanto, la Prefectura, autoridad de aplicación del régimen que regula la actividad de practicaje y pilotaje desde su desregulación en 1991, en concordancia con la Secretaría de Transporte, dio su versión.

Altas fuentes de la institución relativizaron la queja empresaria: "No hay constancia", indicaron, respecto de las demoras que los armadores argumentan haber sufrido. Es más, señalaron que cuando una empresa no tiene prácticos para atender un buque, es común que otra se lo facilite. "Nunca los buques se paran por falta de prácticos", sostuvieron.

El servicio de practicaje era prestado y administrado por la Prefectura hasta que el decreto 2694/91 desreguló la actividad. Desde entonces es privado y se encuentra regulado por el Reglamento de Practicaje y Pilotaje. La Prefectura vela por su cumplimiento vía la Policía de Seguridad de la Navegación (Polinave).

Con la desregulación, se crearon empresas y cooperativas de prácticos que se encuentran agrupadas en la Cámara de Actividades de Practicaje y Pilotaje. LA NACION no logró comunicarse con sus autoridades para tener otra versión de los hechos. En su página de Internet pueden consultarse las zonas de practicaje obligatorio y la cantidad de empresas que presta servicios en ellas.

El último censo de prácticos que informa la cámara data de noviembre de 2006 y acusa un total de 335 prácticos: 131 en el río Paraná, y 32 para sus puertos; 98 en el Río de la Plata, y 24 para las terminales porteñas. El resto se reparte entre Quequén, el Paraná inferior, Bahía Blanca, el litoral marítimo sur y el río Uruguay.

Ninguna fuente consultada pudo confirmar la cantidad exacta actual de prácticos en actividad en el Paraná.

Considerando los 131 prácticos del río Paraná, en 2006, cabe aclarar que ese año navegaron aguas arriba y abajo 1906 buques de ultramar. Con cálculos muy reduccionistas y nada concluyentes, cada práctico debió atender un promedio de 18 buques ese año.

Según informa la Bolsa de Comercio de Rosario, entre San Lorenzo, San Martín, Timbúes, Rosario, Punta Alvear, General Lagos y Arroyo Seco, los barcos de ultramar que navegaron con todo tipo de carga en 2004 fueron 1822. En 2008, fueron 2398 buques.

"Con relación a la falta de prácticos no está determinado el número que debe haber. Los prácticos pueden trabajar hasta los 70 años, luego son cancelados por la Prefectura. Todos los años ingresan nuevos prácticos, luego de cumplir con requisitos que establece la normativa vigente", indicaron fuentes de la Prefectura.

Detrás de la polémica sobre si hay o no demoras debido a la falta (o no) de prácticos en el Paraná, se asoma un conflicto comercial de proporciones.

Dicen, los que lo pagan, que se trata de un servicio "de lujo". "Ganan entre 30.000 y 40.000 dólares por mes", arriesga un empresario poco amigo de la prudencia, justamente, porque se encuentra entre los más afectados por las supuestas "demoras". "A mí me frenaron dos barcos por falta de prácticos", agrega.

Más allá de los honorarios (si son acordes o no dependerá de la sagacidad de quien interprete la función de estos profesionales, cuyo grado de responsabilidad abarca la seguridad de la navegación de un barco de varios millones de dólares y el impacto ambiental y material que sus decisiones en la navegación generen) los valores de los servicios son altos, las empresas no son demasiadas y los clientes son cada vez más.

Es muy común que las empresas de practicaje hagan descuentos a los clientes que más tráfico le garanticen. Esto, genera una articulación financiera que es poco importante si se trata de algunos tráficos o buques, pero que se transforma en una carta de crédito relevante según el grado de apalancamiento que las agencias marítimas estén dispuestas a enfrentar.

"No sólo hubo demoras el año pasado. Muchas cortaron estos créditos y expusieron financieramente a las agencias marítimas. Como son pocas, no dejan entrar a más prácticos y encima definen tarifa sin ningún control", indicó un armador.

Desde el Centro bregan por que se incorporen más prácticos a la actividad, como plan de largo plazo. Allí entra en juego la Armada, que imparte los cursos teóricos vía la Dirección de Educación Naval y aprueba el examen final (como veedora, junto a los mismos prácticos) que consiste en la navegación de un buque de ultramar.

Uno de los obstáculos de la formación es que se exige una determinada cantidad de horas en estos buques... De los que la Argentina carece.

Sobre la flexibilización

Respecto de transferir prácticos para aumentar la oferta en el río Paraná mientras se esperan nuevas camadas ["por ejemplo, permitir que sea el mismo práctico el que realice trayectos cortos entre dos terminales privadas cerealeras, o ampliar la zona común hasta Zárate y Campana para evitar el viaje hasta La Plata", como resumió un ejecutivo naviero], la Prefectura fue también tajante: "No es conveniente. Cada profesional está formado para ejercer un trabajo determinado y no podemos hacerlo hacer otra cosa para la que no tiene la suficiente experiencia. Se pone en peligro la seguridad de la navegación y la vía navegable", indicaron.

Un capitán que se desempeña en Coprac -la más importante del Paraná, con 68 prácticos en actividad- dio su puto de vista: "Seguridad y comercio no son compatibles", señaló, al defender a ultranza las 12 horas de "descanso pleno en domicilio" luego de un viaje, y la navegación "con dos prácticos" por buque.

"El práctico es un asesor de ruta y representante de la autoridad marítima y sanitaria. Pero, sobre todo, es alguien que adquirió experiencia con el tiempo. Privilegiamos la seguridad de las vías navegables y los puertos. Jamás un práctico se apurará, esperará el tiempo necesario para que la navegación sea segura."

Por su contextura, el Paraná es uno de los caminos más largos de practicaje. Y sus tarifas son altas.

Los armadores señalan que antes de la desregulación era un monopolio y las demoras eran de hasta tres días de navegación (todavía no existía el trabajo de dragado y señalización).

Algunos temen la reminiscencia.

Por Emiliano Galli
LA NACION

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