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domingo, 29 de marzo de 2009

“No hemos mirado los puertos como oportunidad de desarrollo”

Fuente: El Crarabobeño
Alejandro Villalobos

Valencia, marzo 28 (REDACTA).- Durante 18 años de descentralización bajaron los tiempos de espera de los buques para cargar o descargar contenedores, pero no se modernizaron las operaciones en el puerto de Puerto Cabello, ni en ningún otro del país.

En tiempos del Instituto Nacional de Puertos (INP) la espera para que un barco pudiera ser operado era de más de una semana, en el mejor de los casos. De acuerdo a cifras del Ipapc, el promedio de estadía de una embarcación en la bahía en 1991, cuando fue liquidado el órgano nacional, era de 163 horas; cayó cada año siguiente hasta alcanzar el récord más bajo de 28 horas en 2003. Cuando asumió Acosta Carles la Gobernación de Carabobo, y con ella las operaciones del puerto, el promedio comenzó a subir: en 2008 cerró en 56 horas.

Pero faltó algo más que reducir la espera de los buques. En los análisis que los expertos hacen del congestionamiento portuario es evidente la falta de inversión en infraestructura.

En 16 años, desde 1993 hasta 2008, el volumen de la carga que se maneja en los muelles y terminales de Puerto Cabello aumentó 96%; en el caso de los contenedores el incremento es de 505%, a una tasa anual de 12%, y el volumen de mercancía a granel movilizada ascendió 53%, pero sólo desde 2002, esa subida es de 84%.

Mientras todos los indicadores crecían, la infraestructura en el puerto carabobeño no era alterada, y su equipamiento no tiene nada que ver con el de un puerto moderno, como el que debió surgir. Los proyectos de modernización fueron engavetados, olvidados.

Una de las fallas del sector privado, con gran influencia en el puerto, pues tras la descentralización fueron privatizados los servicios, fue no haber presionado más a las autoridades regionales.

Lo admitió la presidenta de la Comisión de Aduanas de Consecomercio, Emilia Peraza, al final de la semana pasada en Puerto Cabello, durante el directorio nacional que el gremio celebró en la localidad.

“Quiero ser justa y no dejarle toda la responsabilidad a los gobernantes”, dijo.

Su autocrítica no la aleja de su lucha por la descentralización, proceso en el que participó activamente, al punto de empujar hasta el agotamiento la liquidación del INP, en 1991.

En las conversaciones que sostenían los empresarios y expertos en puertos, en los pasillos de la Cámara de Comercio de Puerto Cabello, fueron escuchadas casi en susurros, críticas a la posición “pasiva” del Gobierno de Carabobo ante la arremetida del poder central. Se pudo escuchar que “no son suficientes” las acciones realizadas por Henrique Fernando Salas.

Pudo ser más

Peraza afirmó que, “asumiendo que tenemos que defender la descentralización como logro de la democracia, tenemos que reconocer que se pudo haber hecho más en materia portuaria”.

A su parecer, los puertos son generadores de producción, empleo, intercambio cultural, imanes para la inversión extranjera, y nada de eso se concretó.

Su examen no se limita a las actividades dentro del puerto, va más allá, a la ciudad: “La combinación pueblo y puerto bien manejada, puede producir una ciudad moderna... ¡Eso no pasó aquí!”.

Ningún pueblo que rodea a un puerto en Venezuela ha conseguido su desarrollo, todo lo contrario. Puerto Cabello es un caso emblemático. Las únicas fuentes de empleo visibles son el puerto y la refinería El Palito; la crisis social es evidente en cada esquina llena de pobreza, suciedad, calles en mal estado y servicios públicos ineficientes.

¿Momento positivo?

El hecho de que no hayan sido aprovechados los puertos como polo de progreso en Venezuela, no tiene nada que ver con el momento político vivido. La verdad es que “no hemos mirado los puertos como una oportunidad de desarrollo y allí es donde tenemos que enfocarnos”.

Pero Peraza no ve todo con pesimismo. Tanto el congestionamiento como la reversión al poder central de los puertos del país, ha hecho que todos los sectores volteen sus miradas y les presten mayor atención.

No es tarde para retomar la senda. “Llevar nuestros puertos a altos niveles de eficiencia nos costará 10 veces más que hace 15 años... más dinero y tiempo, porque la situación política y económica es diferente, y nuestros socios comerciales son otros”, acotó Peraza.

Planteó una asamblea nacional de operadores portuarios, en la que los actores definan los problemas y diseñen propuestas para solventarlos. Aseguró que no hay que esperar que la nueva autoridad -con la que están obligados a trabajar para que el colapso no sea mayor- los llame para debatir. “Podemos ir con las ideas para mostrárselas”, dijo ante el directorio de Consecomercio.

Ese escenario también servirá para la revisión profunda de la actuación de los operadores, como entes privados. “Revisar cuáles han sido nuestros aciertos y potenciarlos, nuestras debilidades y resolverlas; y buscar profundizar la privatización de los servicios portuarios, que tienen que evolucionar a puertos modernos y eficientes, que sean un reflejo de un país como Venezuela”.

En conversaciones con las autoridades aseveró que han mejorado tiempos en los procesos de aduana, y de nacionalización. “Los horarios extendidos en las aduanas nos han permitido avanzar y mejorar la situación crítica que vivimos en el último trimestre de 2008. En eso estamos y se seguirá haciendo, independientemente de la reversión”.

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