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martes, 21 de abril de 2009

Marina mercante: el callejón del gato

Fuente: El Confidencial
Cuando ocurrió el accidente del Prestige gobernaba en España el llamado Partido Popular, con el señor Aznar López al frente. Tímidamente al principio, con más decisión después, el sedicente Partido Socialista arremetió contra el Gobierno del señor Aznar a cuenta de la chapuza del Prestige. Como el Ministerio que tutela marina mercante, Fomento, estaba entonces dirigido por un enamorado en flor, el señor Álvarez, y la catástrofe del Prestige afectaba a varios departamentos, el señor Aznar decretó que todo el lío lo gestionara su hombre de confianza (hablamos del año 2002), el señor Rajoy. Dada la dimensión política de la catástrofe, los hombres de Zapatero, líder de la oposición, tuvieron luz verde para tirarse a la yugular del Gobierno. Los señores Pérez (más conocido como Rubalcaba) y López Garrido azotaron desde el Parlamento, mientras que la prensa enemiga del señor Aznar zahería desde los medios de comunicación.

La verdad es que apenas pusieron de su parte. Entre la incompetencia y las mentiras, la gestión del accidente del Prestige tenía materia de sobra para escarnecer al Gobierno. El señor Caldera, portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, acompañado de una nutrida corte, presentó incluso un ‘Libro Blanco’ sobre el Prestige en el mismísimo Congreso, acto que tuvo lugar el 11 de septiembre de 2003. En ese libro, aunque con serias incoherencias internas, se esgrimía la desastrosa gestión del accidente. Era necesario acabar con aquella panda de becerros pastoreados por el señor Aznar.

En 2004, en efecto, el candidato del PP pierde las elecciones generales. Entra en acción el señor Rodríguez, a quien todos conocen por su segundo apellido, Zapatero. ¿Y qué hace el señor Zapatero y su Gobierno? Nada. Se dedican a mantener la política marítima -es un decir- del PP, ascender a los funcionarios que participaron en el hundimiento del Prestige, perseverar en los graves errores cometidos y olvidarse del ‘Libro Blanco’ sobre el petrolero matriculado en Bahamas. Habían dicho en campaña que reformarían el modelo dual de marina mercante, con la dirección general y el magma de Sasemar, creando una suerte de Agencia de Marina Mercante; habían dicho que acabarían con “la tomadura de pelo” de las investigaciones de los accidentes; habían repetido que pondrían orden en el desorden competencial de puertos, barcos y navegación; habían prometido limpieza y profesionalidad.

Dijeron eso y otras muchas cosas que es innecesario repetir para no cansar al lector, pero se olvidaron de todo en cuanto tuvieron coche oficial a su servicio. Criticaron la gestión del accidente del Prestige para desgastar al adversario, no para arreglar las cosas ofreciendo una alternativa. Apalearon al Gobierno del señor Aznar para encaramarse ellos al machito, no para mejorar la administración de los asuntos públicos. En marina mercante no hay duda que así fue. A veces quiero creer que en otros sectores hubo algo más que un mero intercambio de nombres y que en determinados temas el PP lo hizo tan rematadamente mal que era imposible no mejorar su actuación. Pero tengo dudas.

*Juan Zamora es capitán de la Marina Mercante

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